Bodegas Piqueras mejora la calidad de sus vinos con la implantación de tapones de corcho DIAM, mejorando la seguridad, homogeneidad y adaptabilidad del producto.
Hasta hace poco tiempo, el tapón estaba considerado como un elemento secundario en el proceso de elaboración del vino. Muchas bodegas asumían como inevitables sus interacciones con el producto. La búsqueda constante de mejoras en los sistemas de cierre y los continuos inconvenientes producidos por el corcho tradicional, han hecho posible la modernización y la puesta en marcha de nuevas tecnologías en Bodegas Piqueras.
Los vinos de esta bodega poco a poco están eliminando el corcho natural para dar paso a la rosca y sobretodo al corcho DIAM, un tapón 100% seguro y que no hace más que mejorar la calidad del vino. Esta novedad significa ofrecer a los consumidores la garantía de degustar el fruto intacto del trabajo del bodeguero, botella tras botella y año tras año.
Experimentado y aprobado por numerosos laboratorios internacionales, DIAM es un tapón innovador que combina la tradición de un obturador de corcho y la seguridad mecánica de un tapón tecnológico.
Pero la mayor revolución que han provocado estos tapones DIAM en la industria vitivinícola es que son libres de TCA, la sustancia responsable que provoca el gusto a corcho en algunos vinos. Gracias a un procedimiento patentado exclusivo de «desaromatización» del corcho, los tapones Diam son los únicos tapones de corcho neutros en términos sensoriales. Esto significa que permite conservar la pureza sensorial del vino, además de garantizar su constancia hasta 30 años en botella.
Aunque la implantación de estos tapones supone una mayor inversión frente a mantener los corchos naturales al llevar procesos adicionales, Bodegas Piqueras prefiere apostar por estos avances que certifican una vez más un sello de calidad y estabilidad de sus vinos.
